En la República Dominicana hay dos celebraciones importantes en torno a las cuales las familias se reúnen, comparten momentos de alegría y se expresan el afecto: el Día de las Madres y la Navidad.
Todavía el individualismo, el egocentrismo y la frialdad afectiva no ha llegado a las familias para impedir que esta celebración quede en el olvido. Todo lo contrario, el sentido de pertenencia familiar perdura y el ritual se sostiene.
Esta celebración cristiana moviliza a los familiares, no solo a los que están en el territorio nacional, sino también a los que vienen vienen de otras latitudes para preservar y reforzar los vínculos. La familia es el motivo y el centro del encuentro, de la unidad y el sentido de identidad.
A pesar del paso del tiempo, de las ideologías, de la presencia de diferentes creencias religiosas, la familia como institución preserva su estructura y es considerada fuente de apoyo, de orientación, de seguridad y de confianza.
La integración y la cohesión de la familia se fortalecen, se instituye e incluye este núcleo como parte fundamental de la sociedad hasta nuestros días, es reconocida como institución que garantiza la preservación de la especie, de los valores y los principios humanos que permiten la convivencia pacífica y justicia relacional entre sus miembros y su adaptación a la sociedad.
La celebración, el encuentro, las ilusiones, la expresión del amor y el espíritu alegre se convierten en mecanismos propulsores de la alegría, la solidaridad y la sensibilidad emocional y estimula el espíritu de dar y compartir.
Cuantas veces sea necesario la familia intenta, cuantas veces sea necesario, preservar su integración a pesar de los embates dolorosos ocurridos en la intimidad del hogar. Busca la manera de ajustarse, adaptarse, silenciar, obviar, justificar o negar episodios que atenten contra su cohesión y estabilidad.
El legado familiar es valorado y resaltado como un valor que pasará de generación en generación. La familia decide qué identidad transmitir, cuáles principios y valores se resaltarán para preservar la identidad e integridad del núncleo.
Las características del legado a trasmitir variarán de familia en familia, primero tendrá que quedar estampado como identidad familiar y organizarse en entorno a sus miembros. Muchas familias orgullosamente dicen, con orgullo: “Nosotros los … nos distinguimos por ser solidarios, honestos, trabajadores”, entre otras cualidades.
Todos en común acuerdo se sentirán cómodos al compartir y celebrar, no tan solo la Navidad, sino su sentido de pertenencia y cohesión.
Feliz Navidad.
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